Niels Pflaeging describe claramente tres estructuras que conviven en todas las organizaciones y que son inevitables en cada empresa:

“Hay tres tipos de poderes en todas las organizaciones, tres formas de liderazgo, tres estructuras. Esto no es una carta en la que elegir. No hay nada que decidir acerca de tener o no tener estas tres estructuras. Ninguna es opcional. Forman parte de las leyes universales que se aplican a cada organización, ya sea grande o pequeña, vieja o nueva, una ONG o una empresa social.”

1-Estructura formal, regida por la jerarquía.

2-Estructura social, regida por la influencia.

3-Estructura de creación de valor, regida por la reputación.

La primera es la que está más claramente visualizada en la mayoría de empresas en su organigrama. La segunda es una red de relaciones sociales y es claramente una red. Y la tercera es la más importante de todas, y sobre la cual se forma el éxito empresarial.

La estructura de creación de valor es inevitablemente una red y el vínculo principal es la reputación. La estructura formal está plagada de puestos, mientras que la estructura de creación de valor está plagada de roles. Niels aboga por invertir el 70% de la energía organizacional en esta tercera red y el resto a dividir entre las estructuras formal e informal.

Muchas empresas están diseñadas como máquinas, pensadas para repetir el mismo proceso durante toda su vida útil, ahora las empresas viven en cambio permanente y tienen que adaptarse rápidamente. Ya no son máquinas, sino organismos que se adaptan a su entorno, y es precisamente la estructura de creación de valor la que está mejor equipada para llevar a cabo esta evolución constante y necesaria.